PREVENCIÓN 4.0

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La ventilación como medida preventiva frente al coronavirus en el ámbito laboral

 

  • Introducción

Desde el inicio de la pandemia en Wuhan (China) en diciembre de 2019 la sociedad en general ha sufrido un gran impacto sanitario, social y económico en la mayoría de los países del mundo, a nivel laboral las empresas han tenido que adaptar sobre la marcha su actividad productiva a este nuevo escenario en aras de proteger la salud de sus trabajadores.

Al inicio de la pandemia se pusieron de manifiesto las carencias a todos los niveles, de los mecanismos de control para evitar la expansión mundial de la infección por coronavirus, a través de prensa y televisión asistimos a una situación para la cual nadie estaba preparado. Empezando por el escaso conocimiento científico del coronavirus SARS-COV-2 en lo referente a los mecanismos de transmisión del COVID, el desabastecimiento mundial de mascarillas y otros equipos de protección individual, escasez de desinfectantes, difícil acceso a pruebas diagnósticas fiables de COVID…

Desde que la pandemia entró sin aviso en nuestras vidas se nos bombardeó día a día con las medidas preventivas básicas para evitar contagios: distanciamiento social, uso de protección respiratoria, higiene personal y limpieza y desinfección de superficies. Estas medidas de inicio se plantearon suponiendo que el mecanismo de contagio fundamental era a través de gotas producidas al hablar, toser, gritar, etc.

Con el paso de las semanas-meses una enorme cantidad de información y estudios científicos pusieron de manifiesto que el contagio por aerosoles era unos de los mecanismos más importantes de transmisión del COVID por vía aérea. COVID19_Aerosoles.pdf (sanidad.gob.es)

  • ¿Qué son los aerosoles?

Un aerosol es una suspensión de partículas sólidas o líquidas en un medio gaseoso (aire), con un rango de tamaño desde nanómetros a varios micrómetros y que, debido a su tamaño y bajo peso, pueden permanecer en suspensión en el aire un periodo de tiempo que va desde segundos, para las más grandes, hasta horas las más pequeñas, pudiendo dispersarse a una gran distancia.

La transmisión del COVID por aerosoles ocurre normalmente en espacios cerrados y con una ventilación inadecuada, donde los trabajadores permanecen por un periodo de tiempo largo, desde 30 minutos a varias horas. El nivel de riesgo de contagio es función de la ocupación, la actividad laboral realizada, el tiempo de permanencia o contacto, la distancia interpersonal, la ventilación y el uso de mascarilla.

En este contexto y después de llevar más de 2 años de pandemia conviene tener presente que una medida básica y de fácil aplicación en la mayoría de las actividades laborales es la ventilación de interiores, ya sea natural, mecánica o una combinación de ambas.

  • ¿Qué es la ventilación?

La ventilación es el proceso de renovación del aire de un local, edificio o habitación, es decir, consiste en proporcionar aire limpio del exterior para renovar el aire interior de un espacio cerrado. Este aporte de aire en esencial para sanear el aire que se respira en los interiores y diluir los contaminantes químicos o biológicos que se puedan producir, entre ellos por supuesto el virus del COVID.

El reglamento de Instalaciones Térmicas en los edificios (RITE Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico – Rite – Reglamento instalaciones térmicas en los edificios (energia.gob.es) clasifica la calidad del aire interior, definido como aire en el recinto o zona tratada, en cuatro categorías (IDA, Indoor Air), proponiendo en cada caso un caudal de aire exterior por persona.

El RITE recomienda un caudal de aire exterior de 12,5 litros /segundo por persona para un aire de “buena calidad” (IDA 2). Para que la ventilación sea eficaz, es necesario que la cantidad de aire limpio aportado sea adecuada y que ese flujo se distribuya de manera eficiente por el local de trabajo, de manera que los contaminantes generados en las distintas partes del recinto de trabajo se evacuen de forma eficaz. 

  • ¿Cómo podemos evaluar de forma sencilla la ventilación y la calidad del aire interior?

Una medida utilizada como indicador de la calidad del aire interior, en ambientes laborales no industriales, donde no se genere CO2 mediante procesos de combustión u otros, es emplear el nivel de la concentración de dióxido de carbono (CO2).

El RITE establece unos valores de concentración de CO2 en parte por millón (ppm) por encima de la concentración en el aire exterior (400 ppm de CO2 de media en atmosferas sin contaminación elevada) para cada categoría de calidad del aire. Por ejemplo, para obtener una “buena calidad del aire” la diferencia entre la concentración interior y exterior no debería superar los 500 ppm. Una concentración de CO2 superior a 800-100 ppm podría ser indicador de una ventilación deficiente del local de trabajo.

Los equipos de medición de dióxido de carbono tienen precios muy asequibles y son muy sencillos de usar por cualquier persona con o sin conocimientos técnicos del tema, ya que de forma directa y rápida nos muestran los valores de concentración de CO2, con lo que en pocos minutos y con poco esfuerzo podemos estimar si la ventilación de un local de trabajo es adecuada o no.

  • ¿Ventilación natural o ventilación mecánica?

La ventilación de las zonas de trabajo se puede conseguir por medios naturales, por medios mecánicos o mixtos.

La ventilación natural es aquella que se consigue por medios no mecánicos, generalmente abriendo puertas y ventanas, la diferencia de presión, diferencias de temperatura y la acción del viento en muchos casos pueden lograr una adecuada ventilación de los locales de trabajo de forma eficaz y a un bajo coste. No obstante, depende de las condiciones meteorológicas del exterior, del diseño del edificio, de la ocupación y de las actividades realizadas por los trabajadores. La mayor eficacia con la ventilación natural se consigue con la ventilación cruzada, esto es, con la apertura de dos aberturas en lados opuestos de un recinto.

La ventilación mecánica proporcionada por los sistemas de ventilación y climatización, al contrario que la natural, controla las entradas y salidas de aire, por lo que no se ve tan influenciada por la meteorología exterior y permite controlar los caudales de aire introducidos siempre y cuando este bien dimensionada y con un mantenimiento adecuado. Además, hay que tener en cuenta que su instalación y mantenimiento son más costos.

Lo recomendable en cualquier caso es el uso combinado de ambos tipos de ventilación, en general lo recomendado en locales de trabajo sería una combinación de ambos sistemas de ventilación, por ejemplo, apertura de puertas y ventanas 5-10 minutos por cada hora de trabajo con el uso simultaneo de la ventilación mecánica o forzada.

Otros sistemas y herramientas para el control de la calidad del aire interior.

En la actualidad, y más después de la pandemia que estamos sufriendo, edificios de nueva construcción están añadiendo a su equipamiento sistemas inteligentes para el control de la calidad del aire, estos sistemas son costosos y no están al alcance de todos los bolsillos.

En el mercado actual existen otros dispositivos de bajo coste y mantenimiento mínimo que nos pueden ofrecer información en tiempo real de la calidad del aire interior y nos pueden ayudar a tomar decisiones en cuanto a la necesidad de ventilar y el control de aforos en ciertas zonas, además de otros criterios de confort para mejorar el bienestar de las personas, la eficiencia energética y reducir las emisiones de CO₂.

Para más información: ORPHEUS – Espacios saludables y sostenibles para las personas

Otra solución técnica para aquellos locales donde la ventilación natural no es suficiente, las condiciones meteorológicas lo impidan o los sistemas de ventilación existentes no puedan garantizar la renovación adecuada del aire interior, se puede optar por un tratamiento del aire mediante sistemas de purificación, no siendo recomendables aquellos que empleen tratamientos fisicoquímicos sobre el aire (ionización, fotocatálisis, ozono, etc.) dado que puede empeorar la calidad del aire al generar compuestos orgánicos volátiles que pueden llegar a ser tóxicos para los trabajadores.

Por último, hay que recordar que una adecuada ventilación por sí sola no es suficiente para garantizar un riesgo bajo de contagios por coronavirus, es la aplicación conjunta de medidas de distanciamiento, control de aforos, limpieza y desinfección de lugares de trabajo y uso de protección respiratoria es la clave para minimizar el riesgo contagio y garantizar empresas sanas, saludables y sostenibles.

Para ampliar información se recomienda la lectura del documento del Instituto Nacional de Seguridad e higiene en el trabajo y la consulta de sus fuentes de información y bibliografía.

La ventilación como medida preventiva frente al coronavirus SARS-CoV-2 (insst.es)

 

Autor: Luis Borja Camenforte

Técnico referente en Higiene Industrial de Valora Prevención

Riesgos psicosociales en el nuevo entorno laboral

Coaching como herramienta eficaz para la prevención de los riesgos psicosociales

  • Introducción

El panorama sobre los riesgos psicosociales en el ámbito laboral no parece nada halagüeño atendiendo al contexto internacional.

Desde hace más de una década, la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (Observatorio Europeo de Riesgos 2014) viene constatando el incremento progresivo de los riesgos psicosociales y sus efectos sobre la salud y así, por ejemplo, en su informe 2014 “La estimación del coste del estrés y los riesgos psicosociales relacionados con el trabajo” (EU-OSHA), revelaba que, según la Encuesta de población activa de la Unión Europea, en el periodo 1999-2007 aproximadamente uno de cada cuatro participantes informó que su bienestar mental se había visto afectado por la exposición a los riesgos psicosociales.

  • Riesgos psicosociales

En esta misma encuesta, uno de cada diez trabajadores manifestaba que «el estrés, la depresión o la ansiedad» era el problema de salud más grave.

http://osha.europa.eu

El informe subraya que entre los empleados que declaran que «siempre trabajan bajo presión», la tasa de accidentes es cinco veces mayor que aquella de los empleados que «nunca» han sido sometidos a un trabajo con presión.

Ante la actual situación de pandemia, la epidemiología revelará qué incidencia tiene la misma en el agravamiento de los riesgos psicosociales, que también podríamos calificarlos de pandémicos a tenor de los datos expuestos.

El informe editado por el INSST en el año 2010 “Factores y riesgos psicosociales, formas, consecuencias, medidas y buenas prácticas” ya apuntaba que el estrés es probablemente el riesgo psicosocial primero y más global de todos.

  • Coaching especializado

En este entorno emerge la “disciplina del coaching especializado”, que está siendo considerado una poderosa herramienta, y se aplica para mejorar los resultados que una persona obtiene con la gestión de conflictos, con el estrés, con la salud, con la motivación, con el liderazgo, etc, y, por supuesto, con la prevención de riesgos laborales.

En la Nota Técnica de Prevención (NTP) nº 744 publicada por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (¿Podemos enseñar a aprender? Coaching: una herramienta eficaz para la prevención) define el coaching (“entrenamiento”) en el lugar de trabajo como «…un proceso sistemático centrado en la solución y orientado a los resultados, en el que el coach (“entrenador”) facilita la mejora del desempeño laboral, el auto-aprendizaje y el crecimiento personal del coachee (“al alumno receptor del entrenamiento”)».

  • Cómo funciona el coaching

La esencia del modelo reside en que nuestros resultados son consecuencia de nuestras acciones o conductas y estas, a su vez, son el reflejo de nuestros pensamientos. El coaching se construye conversando, por ello requiere de la cercanía del coach y del alumno. Podría definirse como un proceso artesanal, personalizado a cada trabajador, nunca en serie, y que se desarrolla en un clima de absoluta confianza y confidencialidad, creando un vínculo de comunicación que permita el estar receptivo a nuevas experiencias vitales.

El coach plantea preguntas, no se posiciona como experto, ya que quien verdaderamente tiene las respuestas para una situación concreta es la persona que la está viviendo, aunque le cueste verlas o ponerlas en práctica.

Con esta metodología, el fundamento del coaching respecto a la prevención del estrés consiste en incrementar el nivel de conciencia de la persona entrenada (al alumno) para, de esta forma, identificar la naturaleza y fuentes del estrés, los efectos que produce en su salud y las habilidades necesarias, tanto personales como profesionales, para reducirlo o eliminarlo mediante un plan de acción.

El coaching propicia que se cree un ambiente más cordial y de confianza dentro de las empresas; los empleados pasan a ser más autónomos, menos dependientes y más responsables; se alcanzan objetivos de trabajo compartidos; los conflictos de plantilla se reducen, los empleados están más motivados y entusiasmados y generan mejores relaciones.

En suma, se trata de “entrenarnos” para desprenderse de nuestras creencias limitantes que nos impiden “crecer” y alcanzar nuestras metas tanto personales como profesionales.

En un contexto como el actual, tan cambiante, dinámico y con una pandemia mundial como telón de fondo, se hace necesario este tipo de herramientas para desterrar percepciones fatalistas y potenciar las optimistas.

  • Entrevista sobre aspectos psicosociales

Por último, destacaría la entrevista de hace unos años que el Dr. Mario Alonso Puig mantuvo en Umivale, en la que explicaba la relación existente entre las creencias, los pensamientos y aquello que nos sucede, abordando cuestiones como las emociones, el talento, beneficios del mindfulness, importancia de hábitos de vida saludables, creatividad y comunicación positiva, entre otros temas que guardan relación con el coaching.

Enlace a entrevista al Dr. Mario Alonso Puig

  • Conclusiones

Dentro de nuestro objetivo de proteger la salud de los trabajadores de nuestros clientes, no podemos olvidar que lo psicosocial también es salud.

Desde Valora Prevención creemos que es de vital importancia contar con herramientas para la gestión de dichos riesgos psicosociales, considerando como más importante la formación de las personas para que se mejore su autonomía y sean menos dependientes, mejoren la toma de decisiones y se genere un ambiente de mayor cordialidad y tranquilidad, en el que se vea reflejado el positivismo, la confianza y el
bienestar consigo mismo y con su entorno laboral.

Ofrecemos a disposición de nuestros clientes el aprendizaje vía cursos o jornadas más específicas centradas en temas concretos como puedan ser el curso de Mediador de conflictos o dinámicas de grupo o talleres de psicología positiva para la gestión del bienestar, primeros auxilios psicológicos, hábitos de resiliencia, recursos para la gestión de la ansiedad o técnicas para le mejora del sueño y del descanso.

Sebastián Pérez
Técnico de Prevención en Valora Prevención

 

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