El riesgo cardiovascular es la probabilidad que tiene una persona de sufrir una enfermedad derivada principalmente del deterioro de las arterias y vasos sanguíneos. Las más graves son el accidente cerebrovascular (trombosis, embolia y hemorragia cerebral) y el infarto miocardio. Aunque existen factores de riesgo que no podemos modificar como: la edad, el sexo, la raza o los antecedentes familiares; la buena noticia es que sí podemos adoptar hábitos saludables que nos ayuden a reducir los factores modificables: