Si crees que nunca dispones del tiempo suficiente para realizar todo lo que te propones, este artículo de nuestro asociado Prevint, te interesa. “No llego a tiempo”, “no aprovecho las horas”, “he aprovechado muy poco el día”… Estas son algunas de las afirmaciones que más repetimos cuando creemos que no hemos llegado a nuestros objetivos en una jornada concreta. Sin embargo, hay que partir de la base de que no toda la responsabilidad es nuestra sino de un presente cada vez más rápido y estresante que nos condiciona en la velocidad de las acciones que realizamos.

Estas situaciones suelen generar estrés. Por lo tanto, condicionan de una forma negativa nuestra salud, así como nuestras rutinas laborales. Es por ello que hay que aprender no sólo a gestionar el tiempo sino a entender que nuestro bienestar está por encima de cualquier otro aspecto. A continuación te presentamos algunos consejos e ideas que seguro te serán de ayuda a la hora de gestionar tu tiempo!

Organiza tu propio horario

Crea tu propia rutina dentro de tu horario laboral. Es decir, organiza tus horas en función del nivel de actividad que tengas cada uno de los días. Y lo más importante: síguelo y no te saltes. De hecho, los horarios son referentes organizativos que nos ayudan a recordar qué nos toca hacer en cada momento. Por tanto, si tu horario indica que tienes media hora para desayunar, procura que este sea el tiempo que le dediques, ni más ni menos. De esta forma, nuestro cerebro se acostumbrará a esta rutina y la interiorizará.

Identifica las fases de mayor rendimiento

Todos nosotros disponemos de unas horas al día en que nuestros niveles de rentabilidad son más elevados. En la mayoría de personas, éstas suelen coincidir con las primeras horas de la mañana. Sin embargo, cada persona es un mundo y eso significa que a ti no tiene porque pasarte lo mismo. Sea como sea, el hecho de saber cuál es el momento en que puedes sacar más rendimiento a las horas de trabajo será muy últil durante destinar aquellas tareas más laboriosas en este mismo espacio de tiempo. Por ejemplo, si identificas que de nuevo en la mañana tus niveles de concentración son mucho más elevados que a partir de las doce, centra aquellos trabajos más complicados en estas tres horas y destina los trabajos menos estresantes al tiempo restante.

Es tu tiempo y tu trabajo

En muchas ocasiones nos dedicamos a comparar el uso del tiempo que hacen los demás con nuestro. Y esto es caer en un error constante. Básicamente, porque ni todos realizamos el mismo trabajo ni todos nos organizamos igual. Por ello, la mejor opción es centrarnos en nosotros mismos y evitar cualquier comparación. En muchas ocasiones, el hecho de ver cómo los otros terminan sus tareas antes de que nosotros nos provoca estrés. En definitiva, debemos cumplir nuestros objetivos en base a los horarios que nos hemos organizado y no basándonos en el trabajo y el tiempo de los demás. Esta será la mejor manera de llevar a cabo una gestión óptima de nuestro tiempo.

Fuente: Prevint