La ventilación como medida preventiva frente al coronavirus en el ámbito laboral

 

  • Introducción

Desde el inicio de la pandemia en Wuhan (China) en diciembre de 2019 la sociedad en general ha sufrido un gran impacto sanitario, social y económico en la mayoría de los países del mundo, a nivel laboral las empresas han tenido que adaptar sobre la marcha su actividad productiva a este nuevo escenario en aras de proteger la salud de sus trabajadores.

Al inicio de la pandemia se pusieron de manifiesto las carencias a todos los niveles, de los mecanismos de control para evitar la expansión mundial de la infección por coronavirus, a través de prensa y televisión asistimos a una situación para la cual nadie estaba preparado. Empezando por el escaso conocimiento científico del coronavirus SARS-COV-2 en lo referente a los mecanismos de transmisión del COVID, el desabastecimiento mundial de mascarillas y otros equipos de protección individual, escasez de desinfectantes, difícil acceso a pruebas diagnósticas fiables de COVID…

Desde que la pandemia entró sin aviso en nuestras vidas se nos bombardeó día a día con las medidas preventivas básicas para evitar contagios: distanciamiento social, uso de protección respiratoria, higiene personal y limpieza y desinfección de superficies. Estas medidas de inicio se plantearon suponiendo que el mecanismo de contagio fundamental era a través de gotas producidas al hablar, toser, gritar, etc.

Con el paso de las semanas-meses una enorme cantidad de información y estudios científicos pusieron de manifiesto que el contagio por aerosoles era unos de los mecanismos más importantes de transmisión del COVID por vía aérea. COVID19_Aerosoles.pdf (sanidad.gob.es)

  • ¿Qué son los aerosoles?

Un aerosol es una suspensión de partículas sólidas o líquidas en un medio gaseoso (aire), con un rango de tamaño desde nanómetros a varios micrómetros y que, debido a su tamaño y bajo peso, pueden permanecer en suspensión en el aire un periodo de tiempo que va desde segundos, para las más grandes, hasta horas las más pequeñas, pudiendo dispersarse a una gran distancia.

La transmisión del COVID por aerosoles ocurre normalmente en espacios cerrados y con una ventilación inadecuada, donde los trabajadores permanecen por un periodo de tiempo largo, desde 30 minutos a varias horas. El nivel de riesgo de contagio es función de la ocupación, la actividad laboral realizada, el tiempo de permanencia o contacto, la distancia interpersonal, la ventilación y el uso de mascarilla.

En este contexto y después de llevar más de 2 años de pandemia conviene tener presente que una medida básica y de fácil aplicación en la mayoría de las actividades laborales es la ventilación de interiores, ya sea natural, mecánica o una combinación de ambas.

  • ¿Qué es la ventilación?

La ventilación es el proceso de renovación del aire de un local, edificio o habitación, es decir, consiste en proporcionar aire limpio del exterior para renovar el aire interior de un espacio cerrado. Este aporte de aire en esencial para sanear el aire que se respira en los interiores y diluir los contaminantes químicos o biológicos que se puedan producir, entre ellos por supuesto el virus del COVID.

El reglamento de Instalaciones Térmicas en los edificios (RITE Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico – Rite – Reglamento instalaciones térmicas en los edificios (energia.gob.es) clasifica la calidad del aire interior, definido como aire en el recinto o zona tratada, en cuatro categorías (IDA, Indoor Air), proponiendo en cada caso un caudal de aire exterior por persona.

El RITE recomienda un caudal de aire exterior de 12,5 litros /segundo por persona para un aire de “buena calidad” (IDA 2). Para que la ventilación sea eficaz, es necesario que la cantidad de aire limpio aportado sea adecuada y que ese flujo se distribuya de manera eficiente por el local de trabajo, de manera que los contaminantes generados en las distintas partes del recinto de trabajo se evacuen de forma eficaz. 

  • ¿Cómo podemos evaluar de forma sencilla la ventilación y la calidad del aire interior?

Una medida utilizada como indicador de la calidad del aire interior, en ambientes laborales no industriales, donde no se genere CO2 mediante procesos de combustión u otros, es emplear el nivel de la concentración de dióxido de carbono (CO2).

El RITE establece unos valores de concentración de CO2 en parte por millón (ppm) por encima de la concentración en el aire exterior (400 ppm de CO2 de media en atmosferas sin contaminación elevada) para cada categoría de calidad del aire. Por ejemplo, para obtener una “buena calidad del aire” la diferencia entre la concentración interior y exterior no debería superar los 500 ppm. Una concentración de CO2 superior a 800-100 ppm podría ser indicador de una ventilación deficiente del local de trabajo.

Los equipos de medición de dióxido de carbono tienen precios muy asequibles y son muy sencillos de usar por cualquier persona con o sin conocimientos técnicos del tema, ya que de forma directa y rápida nos muestran los valores de concentración de CO2, con lo que en pocos minutos y con poco esfuerzo podemos estimar si la ventilación de un local de trabajo es adecuada o no.

  • ¿Ventilación natural o ventilación mecánica?

La ventilación de las zonas de trabajo se puede conseguir por medios naturales, por medios mecánicos o mixtos.

La ventilación natural es aquella que se consigue por medios no mecánicos, generalmente abriendo puertas y ventanas, la diferencia de presión, diferencias de temperatura y la acción del viento en muchos casos pueden lograr una adecuada ventilación de los locales de trabajo de forma eficaz y a un bajo coste. No obstante, depende de las condiciones meteorológicas del exterior, del diseño del edificio, de la ocupación y de las actividades realizadas por los trabajadores. La mayor eficacia con la ventilación natural se consigue con la ventilación cruzada, esto es, con la apertura de dos aberturas en lados opuestos de un recinto.

La ventilación mecánica proporcionada por los sistemas de ventilación y climatización, al contrario que la natural, controla las entradas y salidas de aire, por lo que no se ve tan influenciada por la meteorología exterior y permite controlar los caudales de aire introducidos siempre y cuando este bien dimensionada y con un mantenimiento adecuado. Además, hay que tener en cuenta que su instalación y mantenimiento son más costos.

Lo recomendable en cualquier caso es el uso combinado de ambos tipos de ventilación, en general lo recomendado en locales de trabajo sería una combinación de ambos sistemas de ventilación, por ejemplo, apertura de puertas y ventanas 5-10 minutos por cada hora de trabajo con el uso simultaneo de la ventilación mecánica o forzada.

Otros sistemas y herramientas para el control de la calidad del aire interior.

En la actualidad, y más después de la pandemia que estamos sufriendo, edificios de nueva construcción están añadiendo a su equipamiento sistemas inteligentes para el control de la calidad del aire, estos sistemas son costosos y no están al alcance de todos los bolsillos.

En el mercado actual existen otros dispositivos de bajo coste y mantenimiento mínimo que nos pueden ofrecer información en tiempo real de la calidad del aire interior y nos pueden ayudar a tomar decisiones en cuanto a la necesidad de ventilar y el control de aforos en ciertas zonas, además de otros criterios de confort para mejorar el bienestar de las personas, la eficiencia energética y reducir las emisiones de CO₂.

Para más información: ORPHEUS – Espacios saludables y sostenibles para las personas

Otra solución técnica para aquellos locales donde la ventilación natural no es suficiente, las condiciones meteorológicas lo impidan o los sistemas de ventilación existentes no puedan garantizar la renovación adecuada del aire interior, se puede optar por un tratamiento del aire mediante sistemas de purificación, no siendo recomendables aquellos que empleen tratamientos fisicoquímicos sobre el aire (ionización, fotocatálisis, ozono, etc.) dado que puede empeorar la calidad del aire al generar compuestos orgánicos volátiles que pueden llegar a ser tóxicos para los trabajadores.

Por último, hay que recordar que una adecuada ventilación por sí sola no es suficiente para garantizar un riesgo bajo de contagios por coronavirus, es la aplicación conjunta de medidas de distanciamiento, control de aforos, limpieza y desinfección de lugares de trabajo y uso de protección respiratoria es la clave para minimizar el riesgo contagio y garantizar empresas sanas, saludables y sostenibles.

Para ampliar información se recomienda la lectura del documento del Instituto Nacional de Seguridad e higiene en el trabajo y la consulta de sus fuentes de información y bibliografía.

La ventilación como medida preventiva frente al coronavirus SARS-CoV-2 (insst.es)

 

Autor: Luis Borja Camenforte

Técnico referente en Higiene Industrial de Valora Prevención

Prevención de Riesgos Laborales desde la Perspectiva de Género

“El desarrollo de una sociedad se mide por el lugar que ocupa la mujer en esta”
                                                                                                   (Fourier, 1974)

 

  • Introducción

Si en nuestro entorno social, laboral, se ha seguido un patrón androcéntrico, que deriva en discriminación en función del sexo a través del género, las relaciones laborales y las materias que regulan la prevención de riesgos laborales han seguido el mismo patrón.

El sesgo de género se presenta cuando se analiza el mercado de trabajo y por ende las relaciones laborales y la prevención de riesgos laborales, pues se utiliza el mismo instrumental estadístico y analítico que el empleado para los varones, sin considerar que la actividad laboral femenina mantiene características distintas”.

Algunos colectivos, dentro de las relaciones laborales, sufren con mayor intensidad la temporalidad, menor cualificación, mayor monotonía y peores condiciones para la prevención de riesgos laborales, nos referimos a las mujeres.

Por ello las desigualdades de género hacen que mujeres y hombres estén expuestos a diferentes condiciones laborales, tareas feminizadas, temporalidad, asunción exclusiva de responsabilidades reproductivas, tareas monótonas, repetitividad, el “techo de cristal”, “doble rol con la jornada interminable”, riesgos emergentes por riesgos combinados, por ello se ha de tener en cuenta
la perspectiva de género.

  • La normativa en prevención de riesgos laborales en aspectos de género

La normativa en materia de prevención de riesgos laborales, en relación con aspectos de género se ha basado principalmente en el embarazo y la maternidad (art. 26 de la Ley 31/95 de prevención de riesgos laborales, Real Decreto 295/2009, de 6 de marzo, prestaciones por maternidad y riesgo durante
el embarazo y la lactancia, Ley Orgánica 03/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, INSHT directrices para la evaluación de riesgos y protección de la maternidad en el embarazo y la disposición derogatoria única, donde se anula la referencia a la mujer del Decreto de 26 de julio de 1957, por el que se fijaban trabajos prohibidos a mujeres y menores).

Aunque en la Ley 31/95, en su capítulo II, art. 5, objetivos de la política, hace referencia a los términos de igualdad de sexo, no es hasta la entrada de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, en su disposición adicional duodécima, donde establece las modificaciones de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, para la efectiva igualdad de sexo.

En la Estrategia Comunitaria de Salud y Seguridad (2014-2020) se parte de la idea de que las desigualdades pueden afectar a la salud y la seguridad de las mujeres.

En la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo (2015-2020), establece que la creciente incorporación de la mujer al trabajo en las últimas décadas hace necesario promover un enfoque de género en las actividades preventivas, que permita detectar particularidades y garantizar su protección e
impulsar la integración de aspectos de género en la actividad preventiva, especialmente en sectores con mayor presencia de la mujer.

Teniendo en cuenta que existen riesgos laborales en los que las mujeres están más expuestas y otros que podríamos considerar más específicos hacia ellas: el acoso sexual, violencia machista y su repercusión en el ámbito laboral, derivados de factores ergonómicos (posturas forzadas, manipulaciones de cargas, movimientos repetitivos) y psicosociales y su sinergia y claramente focalizados en determinados sectores, tareas y sin poder olvidar la maternidad, se puede afirmar que no existe una política preventiva específica de riesgos laborales desagregada por sexos desde el punto de vista del marco legal vigente y se hace necesario que se aborde esta problemática, por las particularidades de mujeres y hombres en el ámbito laboral.

Otro aspecto a tener en cuenta, es que los sectores en los que normalmente se emplean las mujeres dependen en gran medida de su edad y además la edad será otro factor a tener en cuenta en la exposición a diferentes condiciones laborales y riesgos. Por lo tanto, las mujeres de diferentes edades están expuestas a diferentes factores de riesgo.

Y en las enfermedades profesionales (EP), entre 2010 y 2015 ha habido un aumento significativo y siendo los con baja mayor en términos absolutos en mujeres que en hombres, a pesar de ocupar a un número menor de población trabajadora remunerada, esto quizás sea debido a los factores antes indicados, de exposición mayor de la mujer a riesgos que derivan en enfermedades profesionales y los efectos aditivos que el doble rol, puede producir en ellos (aspectos ergonómicos, psicosociales e higiénicos).

En la VII Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, establece como indicadores de enorme impacto, por su magnitud y consecuencias asociadas, son los relacionados con los requerimientos físicos de la tarea. Las exigencias físicas más habituales son: repetir los mismos movimientos de manos o brazos
(59%) y adoptar posturas dolorosas o fatigantes (36%). En ambas circunstancias la frecuencia de exposición de las mujeres es superior a la de los hombres.

El porcentaje de mujeres que señala alguna molestia musculo esquelética es mayor que el de los hombres (80,9% y 74,6%, respectivamente).

Las mayores diferencias se dan en las dolencias en la nuca/cuello (41,1% en mujeres y 28,4% en hombres) y en la zona alta de la espalda (31,1% mujeres y
23,5% hombres).

  • Conclusiones

Se debe implicar a las mujeres en las políticas de prevención de riesgos laborales, incluyendo las cuestiones de género, tanto en las evaluaciones de riesgo, como de forma general en los planes de prevención de riesgos laborales de las empresas.

Las peores condiciones de trabajo de las mujeres, temporalidad, bajos salarios, monotonía, feminización de determinadas tareas, hacen que sean más proclives a determinados riesgos laborales, sobre todo aquellos que generan enfermedades profesionales, derivadas de trastornos musculo esqueléticos.

Mayores porcentajes en las enfermedades profesionales que, a pesar de ocupar a un número menor de población trabajadora remunerada, quizás debido a factores de exposición mayor de la mujer, a riesgos que derivan en enfermedades profesionales y a los efectos aditivos que el doble rol, puede producir en ellos (aspectos ergonómicos, psicosociales e higiénicos).

Mayor participación de la mujer dentro de la empresa, que permita una mayor eficacia de igualdad preventiva. Incluir las cuestiones de género en los planes formativos e informativos de las empresas. Promover políticas de igualdad y de conciliación de la vida laboral y familiar.

Desde el marco legal vigente, se hace necesario que se aborde el género, en materia de prevención de riesgos laborales, de una forma concreta y específica.

  • Bibliografía. Fuentes consultadas.

CREM. Centro Regional de Estadística de Murcia. Portal estadístico de la Región de Murcia. http://www.carm.es/econet

Directiva 89/391/CEE. Directiva marco sobre salud y seguridad en el trabajo.

Estrategia Comunitaria de Salud y Seguridad (2014-2020).

Estrategia española de salud y seguridad (2105 – 2020).

Estrategia Regional de Seguridad y Salud Laboral (2104 -2016).

VII Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo.

FACTS Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Las cuestiones de género en relación con la seguridad y la salud en el trabajo y la inclusión de los aspectos de género en la evaluación de riesgos. http://www.agency.osha.eu.int

Frutos Balibrea, Lola. Género y Desarrollo: Enfoque teórico feminista, género e indicadores para la equidad entre mujeres y hombres.

Herramienta de apoyo nº 10: “salud y riesgos laborales con perspectiva de género”. Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales e Igualdad.

INSHT. Instituto Nacional de seguridad e higiene en el trabajo. http://www.insht.es

Instituto de la mujer y para la igualdad de oportunidades. http://www.inmujer.gob.es

La cuestión de género en la prevención de riesgos laborales. Modelo de prevención de riesgos laborales sensible al género.MS consultores.

Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales.

Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la Igualdad Efectiva e3 Mujeres y Hombres.

Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.

MEYSS. Ministerio de empleo y seguridad social. www.meyss.es

Precariedad y Salud Laboral de las trabajadoras: otra vuelta de tuerca a la desigualdad. Oscar Bayona Plaza. Revista Trabajadora 58, Secretaria Confederal de Mujer e Igualdad. CC.OO. Septiembre 2016.

Salud y género: perspectiva de género en la salud laboral. 2009. Pilar Rivas Vallejo. Revista del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales

Juanjo Cano Baños

Técnico de Prevención en Valora Prevención

 

Riesgos psicosociales en el nuevo entorno laboral

Coaching como herramienta eficaz para la prevención de los riesgos psicosociales

  • Introducción

El panorama sobre los riesgos psicosociales en el ámbito laboral no parece nada halagüeño atendiendo al contexto internacional.

Desde hace más de una década, la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (Observatorio Europeo de Riesgos 2014) viene constatando el incremento progresivo de los riesgos psicosociales y sus efectos sobre la salud y así, por ejemplo, en su informe 2014 “La estimación del coste del estrés y los riesgos psicosociales relacionados con el trabajo” (EU-OSHA), revelaba que, según la Encuesta de población activa de la Unión Europea, en el periodo 1999-2007 aproximadamente uno de cada cuatro participantes informó que su bienestar mental se había visto afectado por la exposición a los riesgos psicosociales.

  • Riesgos psicosociales

En esta misma encuesta, uno de cada diez trabajadores manifestaba que «el estrés, la depresión o la ansiedad» era el problema de salud más grave.

http://osha.europa.eu

El informe subraya que entre los empleados que declaran que «siempre trabajan bajo presión», la tasa de accidentes es cinco veces mayor que aquella de los empleados que «nunca» han sido sometidos a un trabajo con presión.

Ante la actual situación de pandemia, la epidemiología revelará qué incidencia tiene la misma en el agravamiento de los riesgos psicosociales, que también podríamos calificarlos de pandémicos a tenor de los datos expuestos.

El informe editado por el INSST en el año 2010 “Factores y riesgos psicosociales, formas, consecuencias, medidas y buenas prácticas” ya apuntaba que el estrés es probablemente el riesgo psicosocial primero y más global de todos.

  • Coaching especializado

En este entorno emerge la “disciplina del coaching especializado”, que está siendo considerado una poderosa herramienta, y se aplica para mejorar los resultados que una persona obtiene con la gestión de conflictos, con el estrés, con la salud, con la motivación, con el liderazgo, etc, y, por supuesto, con la prevención de riesgos laborales.

En la Nota Técnica de Prevención (NTP) nº 744 publicada por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (¿Podemos enseñar a aprender? Coaching: una herramienta eficaz para la prevención) define el coaching (“entrenamiento”) en el lugar de trabajo como «…un proceso sistemático centrado en la solución y orientado a los resultados, en el que el coach (“entrenador”) facilita la mejora del desempeño laboral, el auto-aprendizaje y el crecimiento personal del coachee (“al alumno receptor del entrenamiento”)».

  • Cómo funciona el coaching

La esencia del modelo reside en que nuestros resultados son consecuencia de nuestras acciones o conductas y estas, a su vez, son el reflejo de nuestros pensamientos. El coaching se construye conversando, por ello requiere de la cercanía del coach y del alumno. Podría definirse como un proceso artesanal, personalizado a cada trabajador, nunca en serie, y que se desarrolla en un clima de absoluta confianza y confidencialidad, creando un vínculo de comunicación que permita el estar receptivo a nuevas experiencias vitales.

El coach plantea preguntas, no se posiciona como experto, ya que quien verdaderamente tiene las respuestas para una situación concreta es la persona que la está viviendo, aunque le cueste verlas o ponerlas en práctica.

Con esta metodología, el fundamento del coaching respecto a la prevención del estrés consiste en incrementar el nivel de conciencia de la persona entrenada (al alumno) para, de esta forma, identificar la naturaleza y fuentes del estrés, los efectos que produce en su salud y las habilidades necesarias, tanto personales como profesionales, para reducirlo o eliminarlo mediante un plan de acción.

El coaching propicia que se cree un ambiente más cordial y de confianza dentro de las empresas; los empleados pasan a ser más autónomos, menos dependientes y más responsables; se alcanzan objetivos de trabajo compartidos; los conflictos de plantilla se reducen, los empleados están más motivados y entusiasmados y generan mejores relaciones.

En suma, se trata de “entrenarnos” para desprenderse de nuestras creencias limitantes que nos impiden “crecer” y alcanzar nuestras metas tanto personales como profesionales.

En un contexto como el actual, tan cambiante, dinámico y con una pandemia mundial como telón de fondo, se hace necesario este tipo de herramientas para desterrar percepciones fatalistas y potenciar las optimistas.

  • Entrevista sobre aspectos psicosociales

Por último, destacaría la entrevista de hace unos años que el Dr. Mario Alonso Puig mantuvo en Umivale, en la que explicaba la relación existente entre las creencias, los pensamientos y aquello que nos sucede, abordando cuestiones como las emociones, el talento, beneficios del mindfulness, importancia de hábitos de vida saludables, creatividad y comunicación positiva, entre otros temas que guardan relación con el coaching.

Enlace a entrevista al Dr. Mario Alonso Puig

  • Conclusiones

Dentro de nuestro objetivo de proteger la salud de los trabajadores de nuestros clientes, no podemos olvidar que lo psicosocial también es salud.

Desde Valora Prevención creemos que es de vital importancia contar con herramientas para la gestión de dichos riesgos psicosociales, considerando como más importante la formación de las personas para que se mejore su autonomía y sean menos dependientes, mejoren la toma de decisiones y se genere un ambiente de mayor cordialidad y tranquilidad, en el que se vea reflejado el positivismo, la confianza y el
bienestar consigo mismo y con su entorno laboral.

Ofrecemos a disposición de nuestros clientes el aprendizaje vía cursos o jornadas más específicas centradas en temas concretos como puedan ser el curso de Mediador de conflictos o dinámicas de grupo o talleres de psicología positiva para la gestión del bienestar, primeros auxilios psicológicos, hábitos de resiliencia, recursos para la gestión de la ansiedad o técnicas para le mejora del sueño y del descanso.

Sebastián Pérez
Técnico de Prevención en Valora Prevención

 

Día Europeo para el uso Prudente de los Antibióticos

Efectos de la automedicación sobre la conducción de vehículos

o maquinaria de trabajo

  • Cifras

Veamos algunas cifras para tomar “el pulso” a la gravedad de sus consecuencias.

Fuente: Revista publicada por la DGT (Dirección General de Tráfico)

  • Automedicación

El 30% de la población española se automedica y, además, el 30% de los conductores españoles se encuentra en tratamiento farmacológico y, de ellos, más del 60% toma dos o más fármacos de manera simultánea.

  • Efectos

El 25% de los medicamentos autorizados la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, puede afectar a la conducción provocando somnolencia o reducir los reflejo

  • Consecuencias

El 20% de los accidentes de tráfico se produce porque las personas se duermen al volante.

 

  • Efectos de los medicamentos

Los medicamentos pueden influir negativamente en la conducción, a través de alguno de sus efectos, entre los que cabe destacar:

*Somnolencia o efecto sedante
*Disminución de reflejos y aumento del tiempo de reacción
*Alteración de la percepción de distancia
*Hiperactividad e hiperreactividad
*Alteración de la capacidad visual y auditiva.

 

Para centrarnos en la magnitud del problema, analizada una muestra de los reconocimientos médicos en el entorno laboral realizados por Valora Prevención, S.L. durante el año 2019 (hemos descartado el estudio en el ejercicio 2020 por las consabidas circunstancias que concurrieron en el mismo con la pandemia por covid-19), del 37,9% a los que les aplicamos el protocolo de conductores, un 10,76% de las personas examinadas tomaban alguna medicación con posible repercusión sobre la conducción (especialmente aquellos para el Sistema Nervioso Central o Psiquiatría, alergia o catarros y
analgésicos).

 

Del total de reconocimientos con protocolo de conducción incluidos en la muestra a estudio de 300.000 personas trabajadoras, resultaron:

NO APTOS para el ejercicio de su profesión: 0,10%
APTOS CON RESTRICCIONES en general: 2.4%
APTOS CON RESTRICCIONES ESPECIFICAS A LA CONDUCCIÓN: 0,33

 

Es por ello, que queremos reforzar la importancia de recibir una información concisa y clara sobre los efectos de los medicamentos, habiendo sido constatado por la propia DGT que con una correcta información sobre los efectos de la medicación en la conducción se reduce un 45% la tasa anual de accidentes por cada 1.000 pacientes.
Desde valora prevención, durante la anamnesis del acto médico, se pregunta al respecto y se advierte sobre la posible aparición de dichos secundarismos, pero veamos algunos consejos prácticos para minimizar la incidencia:

 

*Informe a su médico si su tarea profesional es la conducción o si pasa bastante tiempo al volante durante si jornada laboral (para que lo tenga en cuenta en su prescripción).

*Lea siempre detenidamente los prospectos, en especial en lo referente a este tipo de efectos secundarios.

*No se tome, ni mezcle ningún medicamento si no es por orden de su médico. Respete las dosis y tomas que le han sido prescritas.

*El alcohol (aún en dosis mínimas), puede potenciar los efectos nocivos de algunos medicamentos.

*Tenga especial precaución con los medicamentos para el sistema nervioso (tranquilizantes y antidepresivos), para la alergia o catarros y para el dolor.

*Extreme las precauciones durante los primeros días, si le cambian la dosis o le introducen algún nuevo medicamento.

*Si observa que algún tratamiento merma su capacidad de conducción, procure no conducir hasta que desaparezcan los síntomas o hasta que su médico pueda valorar un cambio.

 

  • Enlaces de interés

Para más información pueden consultar los siguientes enlaces:

 

Gilberto Sempere
Médico Especialista en Medicina del Trabajo en Valora Prevención

Pautas para realizar una RCP en época COVID

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