Sensibilización y Concienciación

La sensibilización y la concienciación, fundamentales en la prevención de los riesgos laborales

Como técnico de prevención creo que, 22 años después de la publicación de la Ley de prevención de riesgos laborales (LPRRLL), sigue faltando concienciación y sensibilización por parte de los trabajadores sobre la importancia de protegerse y adoptar las medidas preventivas necesarias para evitar un accidente de trabajo (AT) o una enfermedad profesional (EP).

 

Cuando imparto un curso de Prevención de Riesgos Laborales compruebo que, en la mayoría de los casos, los trabajadores ya conocen los riesgos de sus puestos y las medidas preventivas a adoptar, bien porque han recibido esa formación anteriormente, o bien porque se les ha informado a través de manuales y/o folletos informativos. Y esto, pensarán, que es una buena noticia, y lo es. El problema radica en que muchos de esos trabajadores, pese a tener el conocimiento, no cumplen las medidas preventivas que depende de ellos aplicar, incrementando así la posibilidad de sufrir un AT y/o EP que se podrían haber evitado.

Por ello, es muy importante incluir en estos cursos, técnicas, herramientas y actividades que fomenten también la sensibilización en la materia y la concienciación del trabajador para cumplir las normas de seguridad y salud en el trabajo.

Es igual de importante trasmitir esos conocimientos (sobre riesgos y medidas a adoptar en el puesto de trabajo) que llegar a motivar al trabajador para que cambie rutinas inseguras en su trabajo, y apueste de verdad por su seguridad y salud.

Los que nos dedicamos a la formación, como actividad esencial para la prevención de los riesgos laborales, tenemos también la obligación de sensibilizar y concienciar.

¿Cuántas veces hemos recogido una carga del suelo curvando la espalda en lugar de flexionando las piernas y manteniendo la espalda recta? Y, en este caso, no hay excusas, ¡se tarda lo mismo! Y lo que es peor todavía, ¿cuánta gente lo hace aun habiendo padecido alguna vez un lumbago?

Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra (o incluso alguna más), pero en este caso, en el que está en juego su seguridad y salud, debería esforzarse más para evitarlo.

Si comparamos cómo viajábamos en el coche familiar cuando éramos pequeños y cómo lo hacemos ahora (utilizando los sistemas de retención infantil con nuestros hijos, abrochándonos el cinturón de seguridad, etc.), podemos comprobar que, a través de muchas y diversas campañas de sensibilización y concienciación, hemos entendido la importancia de la seguridad vial, hemos cambiado nuestra forma de actuar y con ello, se ha conseguido reducir la siniestralidad en la carretera. Y esto es lo que tenemos que aplicar al ámbito de los riesgos laborales.

En cualquier caso, también creo que si esta sensibilización y concienciación viniera desde la infancia (al estudiante en el colegio, en el taller del instituto, aprendiendo un oficio, en los laboratorios de la universidad, etc.), otro gallo cantaría, porque lo que se aprende como un hábito, nunca se olvida.

El que lleva toda la vida haciendo algo de una manera insegura, es difícil que, con la edad, quiera cambiarlo. Por ello, hasta que la Prevención de Riesgos Laborales no se enseñe también a otros niveles (a través de los colegios, institutos, universidades, etc.), el trabajo de sensibilización y concienciación que los formadores debemos hacer, será una labor más difícil aunque eso sí, me resisto a creer que imposible.

Autora: Laura del Río, Técnico de Prevención de Riesgos Laborales en Quirónprevención

ATEX (Atmósferas Explosivas)

La explosión no tendrá lugar hoy

Al hablar de “explosión”, a la mayoría se nos viene a la mente un suceso de gran violencia y consecuencias desastrosas para las personas y los bienes. Entre las diversas causas que pueden originarla se encuentran las atmósferas explosivas (ATEX).

La humanidad ha utilizado ampliamente la combustión de una atmósfera explosiva de forma controlada para utilizarla como fuente de energía, como en el funcionamiento de un motor de gasolina o el reactor de un cohete espacial. Estamos familiarizados con este tipo de explosiones, por lo que somos capaces de aplicar medidas preventivas para evitar los sucesos accidentales que pueden conllevar consecuencias muy graves para la seguridad y salud de las personas.

El concepto “atmósfera explosiva” hace referencia al volumen que ocupa una sustancia inflamable mezclada con el aire en proporciones adecuadas para inflamarse en presencia de una fuente de ignición (superficie caliente, arco eléctrico, electricidad estática,…etc.).

Las sustancias inflamables están presentes en muchos sectores empresariales y en el ámbito doméstico, pudiendo presentarse en forma de gas, vapor, niebla, polvo o fibra. Algunas de estas sustancias son muy conocidas, como la gasolina, el butano o el gas natural, pero otras no, como la harina, el azúcar o el polvo de cereales (trigo, cebada, entre otros), por lo que es vital su identificación para poder adoptar medidas de control de su peligrosidad.

Para conocer y entender mejor la peligrosidad de las atmósferas explosivas, deberíamos asimilar su denominación normativa y técnica por la de “ambientes inflamables”. A mayor volumen de ambiente inflamable, peores consecuencias, desde la llamarada que produciría la inflamación de un escape de gas de una bombona de butano al aire libre, a la rotura violenta de un edificio que produciría la inflamación de ese mismo escape debido a que el ambiente inflamable puede llegar a ocupar todo el volumen de una vivienda debido a peores condiciones de ventilación.

Para poder evitar la inflamación de una atmósfera explosiva podemos actuar sobre los siguientes factores:

  • Sustancia inflamable: Si no hay sustancia inflamable no hay ambiente inflamable, p.ej. sustituyendo sustancias inflamables por otras que no lo sean, o disponiendo de un detector asociado al corte automático de una instalación de gas inflamable.
  • Mezcla con el aire de la sustancia inflamable: Si la sustancia inflamable no se mezcla con el aire no hay ambiente inflamable, p.ej. no poniendo en suspensión las capas de polvo inflamables acumuladas en el suelo durante su limpieza.
  • Rango de inflamación: Si la mezcla de sustancia inflamable con el aire no tiene la concentración adecuada no hay ambiente inflamable, p.ej. aumentando la ventilación de un lugar donde se emiten gases o vapores inflamables, o utilizando un sistema de aspiración de polvo inflamable.
  • Nivel de oxígeno: Si el ambiente es pobre en concentración de oxigeno no hay ambiente inflamable, p.ej. inertizando un depósito con un gas inerte como el nitrógeno.
  • Fuente de ignición: Si no hay fuentes de ignición no se puede inflamar el ambiente inflamable, p.ej. evitando procesos de soldadura o la descarga de electricidad estática debida a ropa y calzado no adecuado.

Estos factores se pueden representar gráficamente en un pentágono, en el que si eliminamos cualquiera de sus vértices evitamos el suceso explosión:

Aplicando esta sencilla regla podríamos haber evitado, desde las numerosas explosiones por gas en viviendas, hasta la mayoría de los 276 accidentes de trabajo por explosión ocurridos entre Enero y Octubre de 2017, según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

Autor: Antonio Jesús Ruz López, Técnico de Prevención de Riesgos Laborales en Quirónprevención

Quirónprevención, galardonada en los Premios SaluDigital 2018

Noticias Quirón Prevención

Realidad Virtual Inmersiva, mejor iniciativa privada en los Premios SaluDigital 2018

 

El 1 de febrero se celebró en la sede de Cofares, ubicada en Madrid, la gala de los Premios SaluDigital 2018, que organiza el Grupo Mediforum en colaboración con Grupo Cofares, Grupo Novartis, Linde Healthcare y Philips.

En su segunda edición, estos premios reconocen las iniciativas que durante el año han contribuido a mejorar la salud y la vida de las personas a través de las nuevas tecnologías.

La compañía Quirónprevención se ha postulado como ganadora en la categoría Mejor Iniciativa Privada con su solución Realidad Virtual Inmersiva, una solución formativa en prevención de riesgos laborales pionera a nivel internacional que permite, a través del uso de la tecnología de Realidad Virtual, que el trabajador experimente en primera persona los riesgos de su puesto de trabajo.

En esta misma categoría, Quirónprevención también consigue una posición finalista con Mi Salud, la aplicación móvil de medicina preventiva con mayor número de descargas.

Además, en la categoría Mejor Iniciativa Pública en Salud Digital, el jurado ha premiado a Oncohealth, una iniciativa con la que cada semana se conectan por videoconferencia especialistas en Oncología de cuatro hospitales del Grupo Quirónsalud: Fundación Jimenez Díaz, el Hospital Universitario Rey Juan Carlos, el Hospital Universitario Infanta Elena y el Hospital General de Villalba.

 

Sobre Quirónprevención

Quirónprevención es la compañía de prevención de riesgos laborales del grupo Quirónsalud. Actualmente es la empresa líder en el sector a nivel nacional e internacional, con más de 5.700 profesionales cuidando de 190 mil empresas y a 4 millones de trabajadores. Estamos presentes en 10 países con filiales propias, y en 25 a través de actuaciones de consultoría.

Sus esfuerzos están orientados a cumplir con la misión de cuidar de las empresas, velando por la seguridad en sus centros de trabajo y por la salud de las personas que trabajan en ellos. Trabajan no solo para impulsar la cultura preventiva dentro de las organizaciones, sino dentro de la sociedad en general, porque creen que una actitud preventiva debe ir más allá del entorno laboral.

¿Cuáles son los principales riesgos a los que se enfrenta el personal docente de colegio?

Noticias Quirón Prevención

Existe la falsa creencia de que la enseñanza es un sector que no está expuesto a riesgos laborales y que lo que sí tienen los profes es mucha suerte de disfrutar de tantas vacaciones.

Pues bien, esto no es cierto. Veremos que, como cualquier otra actividad, la enseñanza lleva consigo determinados riesgos generados por el propio entorno, por las labores ejercidas diariamente, por las condiciones individuales de cada maestro, etc.

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Nuevo año, nuevos propósitos

La importancia de fijarse objetivos

 

Empieza un nuevo año y como siempre nos planteamos nuevos propósitos ¿por qué y para qué sirve tener objetivos en la vida?

En consulta, se sientan mis directivos un año tras otro y escucho un comentario común: «¡Cómo pasa el tiempo de rápido!» ¿De verdad pasa más rápido ahora que antes? ¿Es posible que haya cambiado la velocidad con la que se mueven las agujas del reloj? Todos sabemos que no.

Nuestra vida, repleta ahora de múltiples y variadas actividades y responsabilidades, nos lleva acelerados y con urgencia para lograr acometer todas esas cosas tan importantes que parece que la vida nos ha puesto en el camino. Como se suele decir: «vamos como pollo sin cabeza».

Me encanta esa expresión. Define y describe una surrealista imagen del ser humano pretendiendo alcanzar algo que ni sabe que es.

Nos levantamos cada mañana con la única y humilde meta de lograr ‘hacerlo todo’: ocuparnos de nuestros hijos, llevarles y recogerles del colegio, atender sus extraescolares, sus deberes, agendas médicas, sociales, deportivas; trabajar, ser un magnífico empleado que brille, se desarrolle, genere negocio, aporte ideas y no de problemas; cultivar el ocio, salir a correr, o hacer yoga, o pilates, o nadar, o salir a andar, o ir al curso de cocina, de literatura o de baile; ser una buena pareja, recordar las fechas de aniversarios, cumpleaños, reservar en el restaurante para la cena del sábado, ser comprensivo, empático, paciente y amoroso; no descuidar a la familia de origen, padres, hermanos, sobrinos, primos, estar disponible para variadas y diversas celebraciones, y sin olvidar a la familia política; y por último, y no por ello menos importante, los amigos con los que quedar de vez en cuando para cenas, comidas o llamarles, al menos, una vez a la semana….

¡Agotador!

Y de todo ese larguísimo listado que acude a nuestra mente mientras estamos en la ducha, ¿Cuántas cosas acometemos? Y de las que llevamos a cabo ¿de cuantas de ellas disfrutamos? Fijarse metas sirve para aprender el arte de decidir qué es importante. En la vida hay que tomar decisiones, no se puede hacer todo. Por eso es importante plantearse lo siguiente:

¿Qué quiero que haya en mí vida? Busca metas concretas y desafiantes, pero no imposibles, ni difusas. Visualízate alcanzando tu objetivo y disfrútalo.

¿Cómo lo quiero? Metas a largo plazo, que nos hagan trabajar nuestra atención sobre ella. Para acometerlas, las convertiremos en objetivos más pequeños que iremos cumpliendo cada día.

¿Por qué lo quiero? Busca en tu interior. Atiende a las verdaderas cosas quieres hacer y no a las que «tienes» o «debes» hacer.

Llegados a este punto, me preguntan a veces «entonces, ¿no tengo que trabajar si no quiero?», y yo les contesto «por supuesto que puedes no trabajar. Nadie te obliga. Pero, ¿Qué te permite hacer ese dinero con el que pagas la casa donde vives, te vas de vacaciones, al cine o a cenar? Esas cosas sí que las quieres ¿verdad? Entonces, ¿quieres trabajar?». La respuesta es obvia: SI.

Es una elección libre. Todos podemos convertir un «tengo» en un «quiero».

Mis metas son sólo mías y tan flexibles como yo quiera, porque el objetivo de ellas no es solo lograr alcanzarlas, sino disfrutarlas mientras estoy en el camino. Es posible que descubra otras que no imaginaba, que las cambie sobre la marcha porque encuentre que, en el fondo, aquello que elegí, no me hace feliz. Es posible que dirigir mis energías a aquello que me motiva, me ayude a abandonar lo que antes había y que ahora no quiero en mi vida.

Cualquier momento es bueno para marcarse una nueva meta.

  • Fija una concreta a largo plazo en cada una de ellas (ejemplo: «quiero hacer con mi hijo esa actividad que más le gusta a él»)
  • Busca los motivos por lo que quieres conseguirla (Ejemplo: «compartir con él eso que a él le hace feliz para que ambos nos sintamos más unidos»).
  • Visualízate alcanzándola e imagina qué es lo que sentirás mientras lo haces.
  • Planifica el cómo lo vas a hacer; es decir, identifica y recoge qué conductas concretas son las necesarias para la consecución de esa meta (ejemplo: «estaré atenta a cada cosa que me cuenta y hace mi hijo, para conocer qué actividad es la que más le gusta»)
  • Convierte esa meta en otras más pequeñas y busca apoyarte en lo que ellas te refuerzan. Planifícalas también, aunque sean pequeñas.

Saber y sentir que tenemos motivos que nos hacen movernos en nuestra vida, es la clave para que el tiempo, que aun así pasará, deje huella en nosotros.

Marta Sanz Ramos, Psicóloga del Programa Executive de QuirónPrevención

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